Friday, November 24, 2006

Efraìn y Mario

Mi mompa el Poeta Paz, homónimo del celebérrimo bardo Mexicano y quizás el Colombiano más erudito que conozco, suele decir, "El sentido común es el menos usado por el ser humano." Sus palabras cobran alarmante vigencia cuando analizo el comportamiento social de muchos de mis congéneres en nuestro bello país, por Gabriel García Márquez rebautizado Macondo; término convertido por el Nóbel de Literatura en sinónimo de todo aquello aparentemente imposible que sucede aquí. Comencemos no más por el escabroso tema de la pederastia clerical que recientemente nos sacude. Desde que alcancé la edad de la razón y fui internado en un aun prestigioso colegio Católico en las afueras de Bogotá -de paso sea dicho la experiencia más traumática de mi entonces corta existencia y una que no le deseo a nadie- recuerdo las soterradas risitas que suscitaban los deslucidos chistes acerca de un tal "Cura Taladro." Nada grato el cuentico cuando me enteré con quienes y bajo que circunstancias el desviado sacerdote se había ganado semejante remoquete. Cabe sopesar la gravedad del desviado presbítero metido en los calzoncillos de los muchachitos bajo su cuidado y el perenne trauma psicológico que esta aberración carnal inflige sobre las indefensas víctimas. Aunque no sea así, el lúbrico asalto pareciera más degradante cuando se comete contra miembros del mismo género, difícil imaginar algo más sombrío que un cura -como se dice coloquialmente- cacorro. Pero cuando apelamos al sentido que mi mompa Octavio asegura ser el menos utilizado por la especie animal muchos aseguran ejerce supremacía terrenal, arribamos a la muy común conclusión que hombres conviviendo juntos se exponen a una elevadísima probabilidad de enamorarse entre sí. Además de revestir cierta lógica innegable, tal consideración adquiere ribetes absolutamente pavorosos cuando consideramos los clérigos llevan dos milenios sin aceptar, mucho menos abiertamente amar a la mujer. Situación que adquiere enorme complejidad al ver como estos mismos hombres viviendo con hombres son los que explícitamente atacan la homosexualidad. Tremenda paradoja de inmediato hace saltar a la mente el popular dicho que habla de un burro llamando a otro orejón. El preocupante escenario se torna aun más confuso cuando la prensa global en el ejercicio de su fuero educador e investigativo intenta explicar porque la iglesia Católica separa al hombre de la mujer y a la fecha ningún periodista siquiera ha contemplado el motivo históricamente más plausible y primero que se debatió en mis clases de sociología en la Universidad de California, Berkeley: para evitar que un hijo del Papa herede el Vaticano, su vasta fortuna e inmenso poder. De repente el sentido común que tanto echa de menos el Poeta Paz nos derriba con fuerza lapidaria, ¿qué tanto se podría esperar cuando se le entregan jovenzuelos de tersos glúteos al malvado Cura Taladro? Los resultados solo podrían ser algo semejante a nombrar un alcohólico gerente de la licorera. Para muestra tenemos la confesión del perverso cura ciclista, ante el cual no se puede descartar la escalofriante posibilidad que el homosexualismo sea una fosca peana del sacerdocio. Bajo tal circunstancia, no sería sorpresa que una investigación meticulosa arrojara un horrendo porcentaje de sacerdotes que gusten de hombres. Alto grado de responsabilidad recae sobre los padres de familia y autoridades civiles por carecer precisamente de sentido común y permitir por omisión una inaceptable negligencia en la elección del personal que habría de educar a sus hijos. Recuerdo en quinto de primaria el sosiego que me causó ver como nadie hizo nada al respecto del degenerado curita y sus aparentemente inocuas perforaciones anales. Para evitar la pesadilla de caer en las garras de semejante monstruo no teníamos los párvulos más remedio que correrle cuadras al salaz sacerdote para mantenernos a leguas de sus afiladas garras. Vaya camellito que empañó la supuesta inocencia de mi preadolescencia.Un renombrado presentador de exiguo talento en nuestra tele despide su programa con una invitación a que los videntes lo vuelvan a acompañar "si Dios nos da permiso." Una minuciosa aplicación de aquel esquivo sentido con demasiada facilidad me lleva a estimar que bajo las actuales circunstancias tan deplorables en que subsiste la gran mayoría de humanos, cualquier buen Dios debiera estar demasiado ocupado para preocuparse de semejante nimiedad como es concederle permiso a un badulaque de siete suelas para que a diario embrutezca más a su ya derrumbado rebaño. Pero es precisamente este tipo de pensar que tiene -como también se dice de forma coloquial- reídos al clero. Mientras el grueso del pueblo continúe depositando su pasado, presente y futuro en las veleidades de una divinidad nadie ha visto ni escuchado, asimismo continuará existiendo en un alto grado la posibilidad que muchos sacerdotes sigan introduciendo sus penes dentro del recto de infantes con la alacridad de quedar impunes. La descomunal falta de sentido común nos asalta desde los cuatro puntos cardinales y el caso de los Ovnis se constituye en otro ejemplo flagrante. A pesar que existen miles de fotografías de objetos voladores no identificados y cientos de testimonios ofrecidos por personas que no se conocen pero certifican haber visto marcianitos quienes por su descripción resultan ser prácticamente idénticos, nadie cree en ellos. Si embargo estos mismos certifican con una seguridad pasmosa que el Dios que no saben dónde vive, ni han escuchado su voz, ni nunca han visto, mucho menos haberle tomado una fotografía, no solo existe pero hace y deshace. Un taoista que se hace llamar Kunkuraita jura y rejura que ni una hoja se mueve sin la voluntad de Dios. Semejante falta de sentido común tan agobiante no le ha permitido asimilar al despistado pupilo de Kelium Zeus -ahí les dejo la tareita para que averigüen quién es esta joya- como acaba de culpar a su Dios por absolutamente todas las tragedias de la humanidad. Toda vez que sipote lógica -o escasez de ella- nos conduce a deducir entonces que su Dios es responsable de los peores vejámenes de la humanidad, desde el holocausto Nazi, pasando por el lanzamiento de la bomba atómica y -en el caso particular nuestro- la guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico y secuestro, hasta la infame muerte de Omaira en Armero. Etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera. Tengo tres amigos quienes en el ocaso de sus infecundas vidas deciden entregarse a Dios -por lo menos eso dicen. Tienen en común -y no hablo del sentido- haber sido parranderos, mujeriegos y drogadictos, al punto que dilapidaron su peculio y terminaron en la clínica. De este envidiable trío, un médico naturista, un comerciante de software y un agricultor, solo uno -coincidencialmente el más pobre y emocionalmente estable y quién creo fácilmente adivinarán cual es- exhibe una vida digna de que los tres profesan ser, discípulos absolutos del Altísimo. A pesar que el cibernauta tampoco toma alcohol ni consume droga, se acuesta con cuanta falda se le atraviesa, y mientras más joven mejor. Habrá que ver si al momento de rendir cuentas lo reciben en la Salanet Mayor -si es que el Don Juan digital logra encontrar el tan cacareado Nirvana en la web universal, ya que hasta el momento nadie ha podido ubicarlo. Tocará aguantarnos el aliento a ver si San Pedro suelta semejante lobo entre las once y tantas miles de vírgenes que dicen residir en el Reino de los Cielos. Pero pareciera que él último de este cuasi celestial trío tendrá que arreglárselas con el viejo Sata en vivo y en directo, ya que fuma cannábis cuan corsario náufrago, aspira coca como cartelero en pena y para rematar, de manera desolapada explota la caridad con fines lucrativos, al mejor estilo del Vaticano. Hablando de los reyezuelos de Roma, mientras el grueso de la congregación Católica se haga de la vista gorda con respecto al opulento estilo de vida exhibido por Papas y Cardenales, estos seguirán viviendo a costa de sus dádivas cuan estrellas de rock and roll. Sobra resaltar como la ostentosa vestimenta y lujosas viviendas de los jerarcas Católicos desdicen volúmenes acerca del hijo del Dios a quién aseguran no solo emular pero hacer las veces de su embajador en la tierra. Además, el hecho que muchos Papas cometieron delitos enormemente más atroces que acariciarle las nalgas a sus acólitos sugiere que poco le temen al juicio final; amén que seguramente sus errantes almas vagan por el infinito en inútil búsqueda de los anhelados Campos Elíseos, al que no merecen ingresar por total carencia de virtuosidad. La triste verdad es que mientras los feligreses otorguen al clero tal poder irrestricto, estos seguirán tomando provecho de este caos mental para vivir al ancho de la seda sin conocer la necesidad de ocuparse en una labor realmente productiva ni cumplir con las obligaciones elementales que agobian a los demás mortales. Decirle "Padre" a unos hombres que abjuraron tocar a las mujeres y por sus propios votos de celibato se supone no albergan la menor posibilidad de procrear, es demasiado indicativo de la profunda y preocupante confusión mental que reina entre la feligresía Católica. Tanto así, que me es imposible suponer que un solo Católico pueda sostener al abiertamente desagradable y suspicaz sacerdote Efraín Rozo como una figura que siquiera simbolice algún asomo de dignidad religiosa; menos contemplen acudir a este nebuloso personaje en busca de los sacramentos o alguna dirección espiritual. Ni pienso que cualquier verdadero padre y/o madre de familia provista de una mínima dosis de sentido común le confiaría sus hijos pubescentes.

Wednesday, October 25, 2006

Escuela Superior de Guerra

Es absolutamente reprochable el ataque perpetrado a la Escuela Superior de Guerra y los verdaderos culpables tienen que ser descubiertos y castigados con toda severidad. Antes de descuadernarse, el Presidente Álvaro Uribe debiera haber guardado compostura personal e institucional. Aprovecho esta repudiable tragedia para traer a colación dos puntos esenciales que los medios no han abordado adecuadamente ni el gobierno ha sabido tratar con la altura que se espera de la primera magistratura de la nación. Primero, ambos deben abstenerse de ventilar en público información de alta sensitividad que evidentemente rompe el sigilo obligatorio para el éxito de cualquier investigación. Ni el afán de ganarse la aceptación popular por parte de la presidencia o incrementar su audiencia lanzando noticias de manera irresponsable por parte de los medios, justifica vulnerar la reserva investigativa, que debe ser imparcial y se supone servirá para esclarecer los lamentables hechos. Tanto medios como gobierno los medios tienen que cuidarse de publicar información clasificada que facilita el escape de los delincuentes o contribuye a su impunidad, so pena de convertirse en cómplices implícitos de sus fechorías. Tanto gobierno como medios han perdido credibilidad debido al manejo imprudente de la información y cada día menos Colombianos les creen. Como ejemplo cito las disparatadas cifras del Dane sobre el desempleo y los inflados números emitidos por la prensa hablada, escrita y televisada con respecto a cualquier noticia. Caso el robo de los CD o el monto del dinero encontrado en la famosa guaca de las Farc, los cuales sometidos a una cuidadosa revisión no dan pie con bola. Segundo, fue una desagradable sorpresa saber que existe un centro académico con un nombre tan beligerante como lo es la Escuela Superior de Guerra. Precisamente por su connotación violenta, hace décadas en el mundo entero los Ministerios de Guerra fueron renombrados Ministerios de Defensa. Como padre jamás contemplaría enviar a uno de mis hijos a estudiar en una institución identificada con un calificativo tan agresivo. Imposible que los padres que matriculen a sus hijos a estudiar la guerra puedan esperar nada menos a que en el mejor de los casos sus seres más queridos les sean devueltos con un balazo de más o sin una extremidad, o en un ataúd. Poca estima albergo hacia los padres de familia que optan por enseñarles a matar a sus hijos como opción válida para vivir. ¡Por Dios!Es así como hago un llamado a la sensatez. Como primera medida el gobierno debería por lo menos cambiar el nombre de esa escuela a algo más humanitario y buscar un apelativo que siquiera transmita un poco de esperanza para resolver nuestras diferencias sin conflicto.Al señor presidente, sus ministros y generalato, que por favor se comporten con cordura y responsabilidad al momento de resolver situaciones tan difíciles. Es alarmante ver como la democracia no ha sido capaz de garantizar el liderazgo de los ciudadanos más competentes e inteligentes. Cabe resaltar como la democracia es un sistema de gobierno impuesto a la fuerza por colonizadores de Europa. Nuestros antepasados indígenas ejercían un sistema social con base en un Cabildo de Sabios, quines gobernaban por la duración de su vida natural. Una revisión de la historia nos muestra como esta fórmula de administración era inmensamente más exitosa que la democracia, toda vez que la calidad de vida era muy superior al actual. En Caribá, como le decían los nativos a nuestro continente antes que el despistado Colón llegara por error, no existían los niveles de pobreza, hambruna, ni hacinamiento físico, moral y espiritual que agobia a la mayoría de los habitantes hoy día. Insto al Sr. Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, que diariamente lea prensa y escuche la radio de Colombia para percatarse del sentir de su pueblo; un gobernante desinformado sobre el consutudinario acontecer de su propia patria comete un despropósito a su fuero y bajo tal circunstancia no le es posible que ejecute eficazmente el mandato para el cual fue elegido. Comparto la consternación y el dolor de la Sra. Yolanda Pulecio cuando vemos como los dirigentes de la nación se comportan como necios en vez de controlar su temperamento, pronunciarse con templanza y obrar con la claridad mental que estos acontecimientos tan complicados demandan. Como excombatiente condecorado de la campaña norteamericana en Vietnam, he experimentado de primera mano la futilidad de la guerra para resolver diferencias sociales. Para la muestra este deslucido botón, combatí en las filas de un ejército que tenía DOCE MIL (12.000) helicópteros contra CIENTO VEINTE (120) del enemigo y perdimos. Considero que dicha experiencia me otorga con creces el derecho de expresar cuan iluso es pensar que la supremacía militar garantiza el triunfo. Pretender ejercer las funciones de estado a través del cañón de un fusil es un error de marca mayor; lo que necesitamos son estadistas sagaces, comprensivos, sapientes y magnánimos, no guerreristas. En varias ocasiones le he expresado al envalentonado presidente George W. Bush mi disgusto porque el no tuvo la valentía de prestar su servicio militar OBLIGATORIO en Vietnam, mientras que durante 411 días defendí una patria ajena para hacer quedar bien a Colombia; porque como doble ciudadano tenía la libertad de regresar a mi tierra natal sin repercusiones legales. Es así como le digo a la atribulada Sra. Pulecio, a quién escuché llorarle al país entero por la maldita suerte de su hija, que acepte un rescate de los secuestrados a sangre y fuego única y exclusivamente si el Sr. Presidente Álvaro Uribe, ministros y generales, entrenen y envíen a sus propios hijos para que personal y directamente comanden dicha operación. Si es que les tiembla el pulso, con absoluta convicción me ofrezco de voluntario para afrontar tan difícil faena, y créame que le pediría a mi único hijo que me acompañe; eso sí, con los muchachos Uribe, Santos y demás delfines abordo. Seguramente como en el caso de la familia Bush, los baladrones que llaman a la guerra no tendrán el coraje de combatir ni la entereza de emplazar a sus hijos a liberar los secuestrados en caliente. Nunca estuve dispuesto a morir por el Tío Sam, mucho menos por Richard Milhous Nixon, quién como Álvaro Uribe con las Farc, aseguró que derrotaría al Viet Cong; frívola promesa que la historia demuestra no pudo cumplir a pesar de poseer una inmensa superioridad bélica. Pero entregaría mi vida sin contemplaciones por la liberación de Clara Rojas e Ingrid Betancourt.
Ingeniero de Combate
Vietnam del Sur '67-'68-'69

Monday, September 04, 2006

Corazón Espinado

Apropiado el título de esta hermosa canción de Carlos Santana para describir los opacos sentimientos que alberga el Cardenal Alfonso López Trujillo con respecto al caso de la niña violada por su padrastro. Consideré difícil que otro clérigo sobrepasara la tétrica afrenta arrojada por el desatinado Monseñor Libardo Ramírez en contra de la eutanasia; pero al fin de cuentas son lóbregos hombres cortados de la misma tela púrpura, como sus oprimidas almas. No pretendo proferirme con respecto al aborto; sin embargo estoy obligado a pronunciarme en contra del Cardenal López, toda vez que ningún ser humano se puede abrogar el derecho de restringir el ejercicio religioso de otros. El incomprensible purpurado no expresó reflexión alguna hacia victima y victimario, postura esperada de un hombre cuya vida no transcurre dentro de la normalidad del núcleo familiar que la Iglesia Católica tan vehemente defiende pero jamás practica. Me obligo recalcar como personas que no sostienen relaciones sexuales heterogéneas ni se enamoran del sexo opuesto tienen la estabilidad moral, espiritual y sicológica para dirigir a sus congéneres en cualquier aspecto de la vida.Es igualmente perentorio recordar que Joseph Ratzinger militó en las Juventudes Nazis, una organización paramilitar que apoyó a Adolfo Hitler en el infame exterminio del pueblo Judío, y por ende no posee la autoridad moral para restringir las actividades religiosas de Católico alguno, mucho menos ser su máximo jerarca. Para aquellos que no comprenden la gravedad del asunto, les encomiendo se den la tarea de averiguar exactamente cual era la ocupación consuetudinaria de estos malvados jóvenes y seguramente se sentirán obligados de buscar otro sujeto para verter su devoción. Es un sencillo caso de la profunda hipocresía que invade aquellos miembros de la iglesia que se aprovechan del candor de la feligresía para infligir un inadmisible control con el fin de lograr intereses mezquinos.
Cabe resaltar lo imposible que resultara para la jerarquía eclesiástica trasladar el verdadero sentir de Dios en este espinoso tema, ya que los que hemos dedicado la vida entera a agrandar nuestros conocimientos sabemos de sobra que hasta ahora ni ellos ni nadie ha logrado recibir de primera mano la opinión del Altísimo.Las palabras del Cardenal Alfonso López Trujillo hacia el equipo de profesionales que realmente se preocuparon por el bienestar de esta jovencita sin estrechos miramientos protagónicos son una verdadera vergüenza y merecen una disculpa pública por parte del descortés prelado. En abierta solidaridad hacia ellos, rehúso comulgar hasta tanto el desacertado Cardenal no se retracte en los mismos medios que mal usó para vilipendiar a personas realmente sensibles, respetables y honorables.

Viva la Muerte

Causó pena ajena las destempladas palabras del Monseñor Libardo Ramírez hacia el proyecto de ley a favor de la eutanasia presentado ante el congreso por el Senador Armando Benedetti. Aunque fui bautizado, criado y educado dentro del catolicismo, no comulgo con la postura de aquellos en la Iglesia Católica quienes en abierta desconsideración hacia el verdadero bienestar común emiten pronunciamientos acerca de temas sobre el cual no poseen la erudición requerida para ejercer un valedero liderazgo moral o espiritual. Esto en virtud del enclaustramiento social elegidos por ellos mismos que obviamente confina su trascendencia dentro del espectro general de vida. La práctica institucionalizada de la misoginia y la limitación impuesta sobre la adquisición de todo nivel y clase de conocimiento descalifica por completo a estos miembros de la Iglesia Católica como portadores de siquiera el mínimo nivel de sabiduría que se espera de un guía espiritual. Mal hace la feligresía en prestarle creencia a clérigos que no se han esmerado por aprender de todo, además de voluntariamente rehusar a reproducirse o conocer, querer y convivir con miembros del género femenino; quienes, de paso sea dicho, componen más de la mitad de humanidad.
Por siglos los jerarcas del Vaticano se han pronunciado sobre temas de gran sensibilidad social con la expresa intención de favorecer intereses de la iglesia para perpetuar el dominio psicológico que poseen sobre sus adeptos, casi siempre en flagrante detrimento de aquellos la iglesia dice defender. Reprochable actitud que ha generado algunos de los exabruptos más oscuros de la historia, como fue encarcelar una de las mentes más grandes de la tierra por tener la osadía de observar que este giraba alrededor del sol y no lo contrario como lo imaginaba el despistadísimo Papa de turno. Quién, por obvias razones, nadie ni quisiera recordar. Las directrices del sabio Galileo Galilei permanecen vigentes 364 años después de su muerte cuando dijo que "ninguna posición científica debería convertirse en artículo de fe de la Iglesia Católica" y la "interpretación de la Biblia debería ir adaptándose a los nuevos conocimientos." Equilibrada postura intelectual evidentemente desconocida por el confundido clérigo Ramírez y otros eclesiásticos lenguaraces poco sensatos que equiparan la eutanasia al asesinato y piden guerra. Imagínese.
Por fortuna el grueso de la humanidad cuyas vidas transcurren dentro de la relación normal del matrimonio y conviven dentro de la unidad familiar básica, posee una asombrosa capacidad de dilucidación y será así como con el paso del tiempo las necedades que brotaron del mentado monseñor serán olvidadas en el sórdido barullo de aquellos que vociferan a motu propio.
Hoy día la tecnología permite preservar la expresión humana con pasmosa exactitud y eventualmente se verá quién tuvo la razón. Le apuesto al iluminado Senador Bennedetti sobre el oscurantista Monseñor Ramírez, seguramente para entonces el ciudadano Colombiano que tenga la desdicha de sufrir un padecimiento tortuoso e irreversible podrá beneficiarse de los mecanismos sociales para elegir una muerte indolora, digna y honrosa.Recordemos que los historiadores concuerdan que Jesucristo perteneció a los Esenios, una sociedad que consumía una alimentación muy pura y practicaban un estilo de vida que ahora se conoce como la macrobiótica. Es de sentido común -el sentido menos utilizado y uno que el extraviado Monseñor Ramírez no aparenta ejercer con magna propiedad- que para realizar las hazañas atribuidas a Jesús se requeriría de una mente superlativa y esta solamente podría residir en un cuerpo totalmente desprovisto de toxinas biológicas e impurezas ambientales. En vista que la mayoría de los jerarcas de la Iglesia Católica se distinguen por consumir "Bucato di Cardinali" y son pocos los que emulan al Cristo que dicen representar en la tierra, particularmente en su manera de alimentarse, entonces no hemos de extrañarnos cuando el desorientado monseñor y muchos de sus congéneres contraigan alguna terrible enfermedad que los lleve a pedir la eutanasia aunque sea por señas.Amén

Thursday, June 15, 2006

El Chocolate Espeso y el Mandato Claro

No es sorpresa que los medios siempre tiendan a inclinarse hacia el bando político ganador y el manto triunfalista que cubre el mundo de occidente deliberadamente empuja al ciudadano a treparse en el tren de la victoria. Aunque sea matemáticamente imposible, todos quieren ser ganadores.Y son precisamente los números que desvirtúan la supuesta avalancha con que dicen arrasó Álvaro Uribe en las últimas elecciones presidenciales. Tampoco es de sorprenderse que ninguno de los medios o politólogos que contrataron para cubrir los comicios hicieran los cálculos que a continuación presento y se pronunciaran al respecto. Para redondear, si tomamos el universo electoral de aproximadamente 26 millones de potenciales votantes, entonces tenemos que los 7 millones de votos que recogió el Presidente re-electo apenas representa un 26%. Por cada elector que se pronunció a favor de Uribe Vélez, descontando el 15.7% que sufragaron por sus oponentes, 2 se quedaron mudos, o sea unos 15 millones de compatriotas. Y en cifras globales, los 11 millones de ciudadanos que acudieron a las urnas representan tan solo el 42% del electorado, lo cual arroja un estratosférico abstencionismo del 58%. Números que a ojos vistas no son particularmente halagadores para un sistema de gobierno político donde se supone predomina el pueblo, y que mucho menos dan para hablar de un mandato claro.

Los Factor Equis

Por donde se mire la penúltima letra del alfabeto está muy de moda en Colombia. Pero hay cuatro factores equis que demanda nuestra mayor atención que el trillado reality, me refiero puntualmente a la extradición, expiación, extinción y excomunión; presentados a continuación en su estricto orden de impacto social.
ExtradiciónLa mera idea que a uno se lo lleven encadenado a "las mazmorras del imperio" -como lo describe sin vacilación un renombrado escritor y ahora locutor Tulueño- sobra para no desearle la extradición ni al más despreciable delincuente. Permanecer obligado bajo la frágil égida del coloso del norte no deja de ser una propuesta aterradora; habría no más que preguntarle a cualquiera de los despachados para verificar tal conjetura más allá de la duda. No en vano los primeros extraditables decían preferir "una tumba en Colombia a una celda en los Estados Unidos."Sin embargo, el tamaño problemita de impunidad que surge a la hora de someter ante la justicia a tanto reo que ostenta inmenso poder a razón de su incalculable fortuna da para razonar su aplicación. Además de lo conveniente que resulta para el gobierno desembarazarse de tajo de las patatas más candentes de la comarca.A pesar de lo hondamente indignante que presume relegar nuestra soberanía jurídica a una sociedad que cada día estamos viendo con menos merecimientos y más falencias, en capitulación a ese pragmatismo tan rentable se supone debiéramos tal vez agradecer la existencia del gélido vecino norteño que acepta nuestras más marchitas flores sin contemplación alguna. Igualmente la mera manutención tras rejas de esta crema y ñata debe costar un pequeño Potosí.
Expiación"Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden," reza nuestra oración más popular. El problema es que para llegar a la instancia de expiar la cantidad de atrocidades cometidas en el transcurso de varias décadas por los paramilitares, la Corte Suprema de Justicia ahora pretende aplicar el factor anterior. Sin embargo, cuando se desmenuza el prontuario de estos alzados a la fuerza la postura de los magistrados no da para menos. Tampoco es difícil imaginar el terror que suscita en los sobrevivientes toparse de cara con el fulano que desbarató su familia a punta de motosierra. A fin de cuentas, por contravenciones mucho menos cruentas se supone Jehová borró a Sodoma y Gomorra de la faz de la tierra. Pero cuando nos damos a la tarea de efectuar un balance de los actos terroríficos a que muchos compatriotas fueron sometidos por parte de los paramilitares, pues llegaremos a la triste conclusión que conviene expiar hasta su más horrenda barbarie con tal de que no les repitan la dosis. El problema es que tirios y troyanos andan pensando los unos en pescar los otros --y estos a no dejarse coger-- con la franela por los tobillos.
Extinción de DominioA quién no le pareciera espantoso que le arrebaten su rancho con todos los chécheres a bordo. El estratosférico nivel de criminalidad que nos inunda ha llevado la rama judicial en su afán de restituir el orden social a emplear esta desagradable figura jurídica para despojar a los bandidos de sus bienes mal habidos con el fin de anular su colosal poderío económico. No obstante, tal razonamiento -o falta de ello-nos obliga analizar la contracara sociológica de esta odiosa instancia jurisprudencial. Hablo de las ganancias emanadas de actividades declaradas lícitas que causan mayor daño a la sociedad que aquellas provenientes de acciones ilegales. Caso específico la producción, manufactura y comercialización del tabaco y las armas explosivas, que ocasionan enorme destrucción y muerte. El cigarrillo supera en víctimas a todas las drogas ilícitas combinadas, o sea, más gente muere por causa del tabaco que la sumatoria de todos los adeptos que perecen por el consumo de cocaína, bazuco, crack, heroína, opio, marihuana, hashish, ecstasy, amphetaminas, etc., etc. Y si no cree le encimo los muertos en accidentes de tránsito, esculque las estadísticas y verá. Ni hablar de la gran cantidad de gente que muere anualmente alrededor del mundo por efecto de las armas de fuego y bombas de toda índole. En Colombia no más se ha convertido en la principal causa de muerte entre hombres de 15 a 45 años de edad.No obstante, los magnates del tabaco viven a cuerpo de rey y los trabajadores que ensamblan las minas anti-persona reciben el mismo trato social de aquellos que arman licuadoras o televisores. El año pasado un prestante locutor de la radio elogió la venta de Coltabaco a la Phillip Morris como uno de los mayores logros financieros en la historia del país. No estaría de por más que este celebérrimo periodista -quién obviamente fuma- se asome al pabellón de cancerosos en cualquiera de los grandes hospitales para ver de primera mano lo que le espera. Mi padre norteamericano fumaba dos paquetes al día y murió de cáncer a los 57 años, lo más doloroso que es que cinco años más tarde mi madre murió del mismo cáncer sin haberse fumado un solo cigarrillo en su vida. Sobra decir como considero que los bienes de los fabricantes de esos puchos que mataron a mis viejos debieran ser sujetos a extinción de dominio. Todas las personas involucradas en este maligno negocio deberían ser extraditadas o pagar en una cárcel colombiana por una vil conducta social que no difiere en lo más mínimo de aquel que produce y vende cocaína. Si pudieran hablar, sin duda las personas muertas por armas de fuego coincidirían en mi apreciación que estas causan más daño a la humanidad que cualquier vicio y debieran ser declaradas ilegales de acuerdo a su alta peligrosidad. Desde todo punto de vista, aquel que se gana la vida construyendo un aparato diseñado con el expreso propósito de volarle las piernas a un ser humano incurre en un acto de inmoralidad mayúscula. Seguramente todos aquellos que perdieron sus extremidades por consecuencia de las minas anti-persona coincidirían en calificar los bienes adquiridos por los salarios de estos fabricantes como mal habidos y sujetos a la aburridora extinción de dominio.
ExcomuniónOjalá todos nuestros aprietos fueran tan banales como este, algo así como quedar fuera de la lista de regalos de Papá Noel, o que el Ratón Pérez lo pase a uno por alto cuando se caen los dientes de leche. Sin duda el aborto es una práctica abominable, pero duele que andemos tan confundidos para no darnos cuenta de la incongruencia de permitir que unos hombres quienes por determinación propia se supone jamás procrearán anden dictando cátedra de maternidad. ¿Que pena entonces considera el Cardenal colombiano que excomulgó a los magistrados que aprobaron el aborto en circunstancias específicas, debieran merecer los arriba mencionados? Que el despistado prelado no haya excomulgado al irresponsable progenitor de la criatura que defiende con tanto ahínco demuestra una evidente incoherencia por parte de la Iglesia Católica. Como invoca el dicho, se necesitan dos para bailar tango. El amaño que le da la iglesia a esta figura de jurisprudencia teológica le resta credibilidad. Ver como el clero excomulga personas por actos que de alguna manera socavan su prestancia social por encima de acciones barbáricas como los arriba descritos demuestra una completa discrepancia racional, lo cual hace difícil tomar la excomunión en serio. Además que no existe la forma de conocer la opinión de Dios al respecto.
Me late apropiado cerrar esta corta epístola con mi poema rupestre predilecto:
En la Villa de Beodez
En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,Los zapatos en las manos Y los guantes en los pies.
En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,Cuando compran pagan cuatro,Cuando venden cobran tres.
En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,El ratón corre al gato,Y el ladrón condena al juez.
En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,Lo que ganan en un año,Se lo gastan en un mes.
(Autor Anónimo)

Tuesday, May 30, 2006

Los Otro Factor Equis

Por donde se mire la penúltima letra del alfabeto está muy de moda en Colombia. Pero hay cuatro factores equis que demandan nuestra mayor atención que el trillado reality, me refiero puntualmente a la extradición, expiación, extinción y excomunión; presentados a continuación en su estricto orden de impacto social.
Extradición
La mera idea que a uno se lo lleven encadenado a "las mazmorras del imperio" -como lo describe sin vacilación un renombrado escritor y ahora locutor Tulueño- sobra para no desearle la extradición ni al más despreciable delincuente. Permanecer obligado bajo la frágil égida del coloso del norte no deja de ser una propuesta aterradora; habría no más que preguntarle a cualquiera de los despachados para verificar tal conjetura más allá de la duda. No en vano los primeros extraditables decían preferir "una tumba en Colombia a una celda en los Estados Unidos."Sin embargo, el tamaño problemita de impunidad que surge a la hora de someter ante la justicia a tanto reo que ostenta inmenso poder a razón de su incalculable fortuna da para razonar su aplicación. Además de lo conveniente que resulta para el gobierno desembarazarse de tajo de las patatas más candentes de la comarca.A pesar de lo hondamente indignante que presume relegar nuestra soberanía jurídica a una sociedad que cada día estamos viendo con menos merecimientos y más falencias, en capitulación a ese pragmatismo tan rentable se supone debiéramos tal vez agradecer la existencia del gélido vecino norteño que acepta nuestras más marchitas flores sin contemplación alguna. Igualmente la mera manutención tras rejas de esta crema y ñata debe costar un pequeño Potosí.
Expiación
"Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden," reza nuestra oración más popular. El problema es que para llegar a la instancia de expiar la cantidad de atrocidades cometidas en el transcurso de varias décadas por los paramilitares, la Corte Suprema de Justicia ahora pretende aplicar el factor anterior. Sin embargo, cuando se desmenuza el prontuario de estos alzados a la fuerza la postura de los magistrados no da para menos. Tampoco es difícil imaginar el terror que suscita en los sobrevivientes toparse de cara con el fulano que desbarató su familia a punta de motosierra. A fin de cuentas, por contravenciones mucho menos cruentas se supone Jehová borró a Sodoma y Gomorra de la faz de la tierra. Pero cuando nos damos a la tarea de efectuar un balance de los actos terroríficos a que muchos compatriotas fueron sometidos por parte de los paramilitares, pues llegaremos a la triste conclusión que conviene expiar hasta su más horrenda barbarie con tal de que no les repitan la dosis. El problema es que tirios y troyanos andan pensando los unos en pescar los otros --y estos a no dejarse coger-- con la franela por los tobillos.
Extinción de Dominio
A quién no le pareciera espantoso que le arrebaten su rancho con todos los chécheres a bordo. El estratosférico nivel de criminalidad que nos inunda ha llevado la rama judicial en su afán de restituir el orden social a emplear esta desagradable figura jurídica para despojar a los bandidos de sus bienes mal habidos con el fin de anular su colosal poderío económico. No obstante, tal razonamiento -o falta de ello-nos obliga analizar la contracara sociológica de esta odiosa instancia jurisprudencial. Hablo de las ganancias emanadas de actividades declaradas lícitas que causan mayor daño a la sociedad que aquellas provenientes de acciones ilegales. Caso específico la producción, manufactura y comercialización del tabaco y las armas explosivas, que ocasionan enorme destrucción y muerte. El cigarrillo supera en víctimas a todas las drogas ilícitas combinadas, o sea, más gente muere por causa del tabaco que la sumatoria de todos los adeptos que perecen por el consumo de cocaína, bazuco, crack, heroína, opio, marihuana, hashish, ecstasy, amphetaminas, etc., etc. Y si no cree le encimo los muertos en accidentes de tránsito, esculque las estadísticas y verá. Ni hablar de la gran cantidad de gente que muere anualmente alrededor del mundo por efecto de las armas de fuego y bombas de toda índole. En Colombia no más se ha convertido en la principal causa de muerte entre hombres de 15 a 45 años de edad.No obstante, los magnates del tabaco viven a cuerpo de rey y los trabajadores que ensamblan las minas anti-persona reciben el mismo trato social de aquellos que arman licuadoras o televisores. El año pasado un prestante locutor de la radio elogió la venta de Coltabaco a la Phillip Morris como uno de los mayores logros financieros en la historia del país. No estaría de por más que este celebérrimo periodista -quién obviamente fuma- se asome al pabellón de cancerosos en cualquiera de los grandes hospitales para ver de primera mano lo que le espera. Mi padre norteamericano fumaba dos paquetes al día y murió de cáncer a los 57 años, lo más doloroso que es que cinco años más tarde mi madre murió del mismo cáncer sin haberse fumado un solo cigarrillo en su vida. Sobra decir como considero que los bienes de los fabricantes de esos puchos que mataron a mis viejos debieran ser sujetos a extinción de dominio. Todas las personas involucradas en este maligno negocio deberían ser extraditadas o pagar en una cárcel colombiana por una vil conducta social que no difiere en lo más mínimo de aquel que produce y vende cocaína. Si pudieran hablar, sin duda las personas muertas por armas de fuego coincidirían en mi apreciación que estas causan más daño a la humanidad que cualquier vicio y debieran ser declaradas ilegales de acuerdo a su alta peligrosidad. Desde todo punto de vista, aquel que se gana la vida construyendo un aparato diseñado con el expreso propósito de volarle las piernas a un ser humano incurre en un acto de inmoralidad mayúscula. Seguramente todos aquellos que perdieron sus extremidades por consecuencia de las minas anti-persona coincidirían en calificar los bienes adquiridos por los salarios de estos fabricantes como mal habidos y sujetos a la aburridora extinción de dominio.
Excomunión
Ojalá todos nuestros aprietos fueran tan banales como este, algo así como quedar fuera de la lista de regalos de Papá Noel, o que el Ratón Pérez lo pase a uno por alto cuando se caen los dientes de leche. Sin duda el aborto es una práctica abominable, pero duele que andemos tan confundidos para no darnos cuenta de la incongruencia de permitir que unos hombres quienes por determinación propia se supone jamás procrearán anden dictando cátedra de maternidad. ¿Que pena entonces considera el Cardenal colombiano que excomulgó a los magistrados que aprobaron el aborto en circunstancias específicas, debieran merecer los arriba mencionados? Que el despistado prelado no haya excomulgado al irresponsable progenitor de la criatura que defiende con tanto ahínco demuestra una evidente incoherencia por parte de la Iglesia Católica. Como invoca el dicho, se necesitan dos para bailar tango. El amaño que le da la iglesia a esta figura de jurisprudencia teológica le resta credibilidad. Ver como el clero excomulga personas por actos que de alguna manera socavan su prestancia social por encima de acciones barbáricas como los arriba descritos demuestra una completa discrepancia racional, lo cual hace difícil tomar la excomunión en serio. Además que no existe la forma de conocer la opinión de Dios al respecto.
Me late apropiado cerrar esta corta epístola con mi poema rupestre predilecto:

En la Villa de Beodez
En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,
Los zapatos en las manos Y los guantes en los pies.

En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,
Cuando compran pagan cuatro,Cuando venden cobran tres.

En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,
El ratón corre al gato,Y el ladrón condena al juez.

En la Villa de BeodezTodo, todo es al revés,
Lo que ganan en un año,Se lo gastan en un mes.

(Autor Anónimo)

Saturday, May 20, 2006

Sayonara Soraya

El deseo más ferviente de Soraya fue que su deceso a causa de un penoso cáncer de seno no representara una derrota sino que sirviera para sensibilizar a las mujeres sobre esta grave y cada día más común enfermedad; una laudable pretensión que logró sobradamente a través de las sentidas palabras con que se despidió en su página web. Es doloroso que se requiera de la desaparición de una persona ilustre y querida como Soraya para llamar la atención hacia un aspecto tan fundamental del patrimonio humano como es la salud. En homenaje a esta talentosa y bella artista que sucumbió en la flor de su existencia, comparto conocimientos adquiridos durante 30 años que han de ser muy valiosos para quienes realmente buscan prevenir y curar el cáncer de seno. Digo esto en virtud que los medios de comunicación usualmente definen la detección precoz como prevención, la cual no constituye tal. Si la enfermedad es detectada aun en su etapa inicial esto simplemente confirma que la paciente ya está enferma e indiscutiblemente el cáncer no se previno. El mero hecho de realizarse un examen no implica prevención de ninguna índole, la única manera de efectivamente prevenir una patología fisiológica es no permitir que este ingrese al cuerpo, y esto no se puede realizar sin observar los preceptos biológicos que gobiernan al organismo humanoy un régimen alimentario adecuado. Aunque no se dio por aludido por el lamentable deceso de su paciente insigne, ni por obvias razones se refirió a su incapacidad de curarla, cuando al médico que trató a Soraya en Colombia se le pidió una recomendación para prevenir el cáncer de seno este reseñó en primer plano el ejercicio y la dieta. Es la dieta el factor más determinante en la prevención y curación de cualquier cáncer y, sea dicho, la inmensa mayoría de todas las enfermedades graves como la diabetes, leucemia, hipertensión, obesidad, afecciones cardíacas, etc. Es de suma importancia comprender que casi todas las enfermedades son producto de una mala dieta y debemos circunscribir como dieta todo aquello que ingresa a nuestro organismo aunque no sea de manera intencional ni con propósitos nutricionales. Me refiero particularmente a los mortíferos gases que emiten motores de combustión interna y demás tóxicos industriales que se encuentran en la atmósfera; los cuales, sin que lo queramos, se convierten en parte de nuestra dieta cotidiana y deterioran nuestra salud. Son poquísimos los Colombianos --y humanos en general-- que han tenido la oportunidad de familiarizarse con la estrecha relación entre dieta y salud. Infortunadamente la mayoría han aprendido a comer solo para satisfacer el paladar y no todo el cuerpo. Lo primero que debemos saber para alimentarnos de tal forma que no nos hemos de enfermar es que el cuerpo humano es regido por unas parámetros biológicos que se han de observar de manera irrestricta, de lo contrario nuestro organismo se debilita y pierde su inmunidad natural contra las enfermedades. Nuestra composición dental indica de modo inequívoco la proporción en que hemos de ingerir nuestros alimentos en cada etapa de la vida. Los adultos poseen 32 dientes que tienen una función determinada. Tenemos 8 incisivos para rasgar frutas y verduras, 4 caninos diseñados para desgarrar carne y los demás son molares y premolares destinados a moler granos y cereales integrales. Entonces, una sencilla operación matemática arroja los porcentajes de los tipos de alimentos que debemos consumir: 25% frutas y verduras (preferiblemente orgánicos), 12.5% carne (ojalá blanca) y el resto en granos y cereales (siempre integrales). Otro factor igual de importante es la calidad de los alimentos, para adquirir y mantener una buena salud se debe consumir alimentos integrales que contengan los nutrientes necesarios para fortalecer el cuerpo y prevenir que las enfermedades ingresen. Integral significa que el alimento se encuentra entero, que no ha sido degradado por algún proceso industrial y aun contiene todos sus nutrientes intactos. Desgraciadamente pocos se preocupan por la procedencia de sus alimentos, no se interesan por saber como ni donde fueron cultivados o elaborados y el afán de producir ganancias al plazo más corto ha hecho que la industria alimenticia desconozca la ventaja nutricional y biológica de consumir alimentos integrales. La gran mayoría de las personas consumen arroz blanco y harina blanca, lo que quizás desconocen es que para blanquearlos hay que someter los granos integrales a un proceso de refinamiento en un molino mediante el cual se les quita el germen y el salvado. Resulta que hasta el 85% del valor nutritivo se encuentra precisamente en el salvado y el germen removidos por este procedimiento industrial superfluo y cuyo único objetivo es hacerlos más agradables a la vista. Ahí se eliminan los elementos de mayor contenido nutricional y se pierde la fibra; quedando solo el almidón, la parte que menos nutre y más engorda. Al no consumir la sustancia fibrosa que asiste en la pronta evacuación del intestino, el engrudo producido por el almidón se estanca en el intestino donde se pudre, provocando obesidad y convirtiéndose en foco de cultivo de todo tipo de enfermedades letales. Aquellos que consumen alimentos integrales gozan de una más fortaleza física que les proporciona mejor salud, lo cual les otorga mayor claridad mental y esto conduce a una superior calidad de vida. Los niños alimentados con arroz y pan integral se enferman menos, se vuelven más listos, aprenden más rápido y en general son más felices. Vale resaltar que para expulsar cualquier patología del torrente sanguíneo de la forma más expedita los pacientes deberán de abstenerse de consumir alimentos procesados y empaquetados o congelados que contengan cualquier tipo de colorante, preservante o sabor artificial. El cuerpo humano no puede asimilar o eliminar estos químicos y cuando se nos quedan adentro la defensa natural del organismo es acumularlos en alguna parte y estas aglomeraciones se convierten en tumores; los cuales son un problema mayúsculo para eliminar.Tan importante como saber con que alimentarse y en que proporción debemos hacerlo para no enfermarnos es saber como comer. Aunque parezca inverosímil, pocos reconocen la importancia de la masticación. Fíjese y verá como muchos pasan cada bocado luego de apenas 5 masticadas en promedio; lo que coloquialmente se describe como tragar entero, algo que todos sabemos no conviene. La digestión se inicia en la boca cuando los dientes trituran los alimentos y estos se mezclan con las enzimas segregadas por las glándulas salivares. Mientras más digerido llega el bolo alimenticio al estómago más fácilmente asimilamos los nutrientes, cuando comemos a la carrera, para simplemente digerir los alimentos que tragamos enteros, el cuerpo tiene que expender inútilmente energías vitales que normalmente serían destinadas a sostener el sistema inmune. Es por eso que para mantenernos saludables se debe masticar cada bocado un mínimo de 30 veces, 50 veces para aquellos que por descuido o desconocimiento han adquirido alguna enfermedad, como cáncer del seno. Si tenemos en cuenta que la causa primordial de muchísimas enfermedades es una mala alimentación, entonces es de lógica que estas se pueden revertir consumiendo una buena alimentación integral y siguiendo puntualmente las anteriores observaciones. Si desde el momento en que se le diagnosticó cáncer de seno Soraya hubiera consumido una estricta dieta integral seguramente la calidad de vida de nuestra célebre cantante hubiera mejorado de forma ostensible y posiblemente se hubiera sanado. Meredith McCarty es la persona quien hace 3 décadas me enseñó los preceptos aquí condensados y hoy día es conocida como una de las personas más destacadas en la prevención y curación de cáncer de seno a través de la dieta macrobiótica. Tan es así que fue invitada a la Casa Blanca por Hillary Rodham Clinton para transmitir a la entonces Primer Dama de los Estados Unidos sus elevados conocimientos culinarios. Tuve el privilegio de traducir al Español para la Sra. McCarty él más completo tratado terapéutico que haya conocido sobre la prevención y curación de cáncer de seno, el cual se puede obtener en la Internet por US $30, una cifra realmente simbólica considerando la valiosísima información contenida en este extraordinario documento. Imagínense el sufrimiento y dinero que hubiera ahorrado nuestra amada Soraya si como a la señora de Bill Clinton alguien la hubiera guiado hacia tales conocimientos; no tengo la menor duda que una mujer de tan profunda sensibilidad se hubiera acogido con gran alegría a esta maravillosa disciplina, una opción de vida que bien la habría podido salvar. Es normal que las personas desconozcan los poderes curativos de los alimentos, pero además de ser la terapia más antigua del mundo, las estadísticas la avalan ampliamente. No es más que se tomen la molestia de averiguar el porcentaje de curaciones obtenidas a través de la macrobiótica en comparación a la quimioterapia para enterarse de la enorme efectividad de la primera versus la absoluta inoperancia de la segunda. Con la macrobiótica el paciente no tiene que comprar un solo medicamento ni requiere de gasto adicional al de los mismos alimentos, ni siquiera tendría que pagar una consulta médica, mucho menos realizarse una cirugía altamente invasiva, sicológicamente humillante, supremamente dolorosa y completamente innecesaria como lo es una mastectomía radical. La gran mayoría de los practicantes de medicina convencional, como es el caso de los cancerólogos que atendieron a Soraya, acuden a la quimioterapia, un costoso fármaco supremamente tóxico que muy rara vez cura al paciente y además produce unas secuelas espantosas. Vale reseñar como una encuesta realizada hace un par de años en Inglaterra reveló que el 75% de las prescripciones médicas no surten efecto alguno sobre la condición de los pacientes ni contribuyeron a su curación. Otra investigación científica indica como los rayos empleados para efectuar la mamografía son un agente cancerígeno. Atribución biológica sustentada por el hecho que la esposa de uno de los radiólogos más prestantes de Cali se encuentra en gravísimo estado de salud por consecuencia de un cáncer de seno. Sobra decir lo poco recomendable acudir a un médico incapaz de sanar a su propio cónyuge. Aprovecho esta triste oportunidad para extenderle un merecido jalón de orejas a los miembros de la medicina convencional que insisten en realizar costosísimos y traumáticos exámenes a sus pacientes con cáncer simplemente para confirmar que están enfermos y luego someterlos a las inclemencias de la quimioterapia. Pues son estos indolentes miembros de la profesión médica quienes mejor conocen del fracaso de esta injuriosa terapia para erradicar carcinomas del cuerpo y cuando no les funciona simplemente desahucian al paciente y le envían a morir en casa. Aquellos que desatendieron a Soraya no tienen más remedio que admitir su flagrante incompetencia y debieran disculparse ante la familia por su torpeza terapéutica. Es una verdadera catástrofe para la salud humana como aquellos considerados especialistas (en particular oncólogos, radiólogos, hepatólogos, cancerólogos y nutricionistas) desconozcan las bondades curativas de los alimentos. Considero un atropello inadmisible el terrible sufrimiento al que Unicáncer somete a los pacientes bajo su cuidado -en particular los niños- y debido al bajo nivel de éxito y alto grado de sufrimiento y mortandad que arroja la quimioterapia esta negligente organización está en mora de ofrecer la dieta macrobiótica como terapia alternativa y/o complementaria. Con el mayor respeto, difiero perentoriamente con la hermana de Soraya quien ante las cámaras de la televisión mundial tuvo el desatino de aseverar que el cáncer de seno es una aflicción incurable. La insto a que se comunique con Meredith McCarty al teléfono 415-381-1735 para ampliar sus horizontes al respecto, sobre todo porque presenta un preocupante estado de obesidad y obviamente posee un historial familiar que la hacen muy susceptible al cáncer de seno. Seguramente las mujeres de mi barrio dejarán de envidiar a la vecina más pudiente y gorda cuando se adviertan que su obesidad y sedentarismo también la convierten en candidata número uno para adquirir cualquier tipo de cáncer. Lo cierto es que la pobre dama, como todos los obesos, no disfruta de una calidad de vida agradable y ha de padecer una vejez muy, pero muy difícil.La fama y fortuna no garantizan salud, esta hay que buscarla, encontrarla y saber cultivarla, es así como invito a todos las recipientes de esta misiva a que asuman la responsabilidad de administrar su propia vida a través de una dieta realmente sana, su cuerpo -y eventualmente su familia- se lo han de agradecer profundamente. Asimismo, recomiendo toda persona que padezca cáncer no espere que su médico le desahucie y se acoja a la dieta macrobiótica de carácter urgente. Sugiero que las mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de seno se familiaricen lo más pronto posible con el tratado terapéutico de Meredith McCarty, toda vez que ella explica sus causas en un lenguaje sencillo y de manera detallada indica la mejor forma de combatirlo y posiblemente curarse. A fin de cuentas, no se ha visto que un cáncer pueda ser curado sin antes eliminar sus causas, que generalmente son de perfil dietético.A vuelta de correo electrónico enviaré a las personas que lo soliciten la Introducción a la Macrobiótica, un compendio que le iniciará en un nuevo camino hacia la salud, junto con las indicaciones de cómo adquirir la versión en Español de la Prevención y Curación de Cáncer de Seno.

Saturday, May 06, 2006

Nacionalización de Hidrocarburos en Bolivia

La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia por parte de su presidente electo Evo Morales no debe representar sorpresa alguna para los que seguimos de cerca el nuevo rumbo político de Latinoamérica en el tercer milenio, ya que fue este el principal caballito de batalla durante su campaña electoral. Invito a mis compatriotas Colombianos que ven con recelo esta insólita decisión, en especial los medios, a que lean un revelador libro titulado "La Concesión Barco," escrito por Álvaro Concha y publicado en 1981 por El Áncora Editores.
Estoy plenamente seguro que los lectores coincidirán en lo mucho que se hubiera beneficiado el país si a comienzos del siglo pasado hubiéramos tenido un Evo Morales al mando de nuestros recursos naturales. Infortunadamente desde entonces hemos sido gobernados por personajes cuyos verdaderos intereses jamás se identificaron con el bienestar del pueblo, mucho menos en lograr una distribución equitativa de la riqueza nacional. Porque ricos si somos -o fuimos, de lo contrario los europeos no se hubieran tomado la molestia de embarcar en semejante travesía para venir a saquearnos. Es de esperar que los Españoles se molesten porque de manera abrupta Evo les sacó la cucharilla de plata de la boca; en la actualidad hay una prestigiosa empresa de transportes que no nos deja olvidar uno de los atropellos más grandes de la historia cuando los Ibéricos se cansaron de enviar barcos atestados de mulas para llevarse el tesoro de Caribá -como le decían nuestros ancestros indígenas al maravilloso continente que habitamos. Estoy seguro que luego de leer el recuento de Álvaro Concha sobre el desvalijo del petróleo en Colombia pocos cuestionarán los motivos de Evo Morales por implementar tan drástica determinación. Radical --eso sí-- solo para los intereses de los inversionistas foráneos, porque el Boliviano del común debe estar bailando en una pata. Falta ver si el Sr. Morales cumple con lo prometido y esta nacionalización en realidad beneficie al pueblo. Pero sin duda la medida se convierte en motivo de gran esperanza si tenemos en cuenta que con los gobiernos anteriores el sufrido pueblo Boliviano no albergaba la posibilidad de recibir algo más que las migajas del producido de su propio hidrocarburo. Lo que hizo la familia Barco con nuestro petróleo es uno de los episodios más vergonzosos en Colombia y de veras siento pena ajena por la ilustre canciller Carolina Barco, a quien de ninguna manera se le puede imputar responsabilidad alguna por la deshonrosa actuación de su bisabuelito. De todos modos, tómense la molestia de enterarse lo que hizo el General Virgilio Barco Martínez con nuestro petróleo; eso sí, recomiendo que tengan un buen sedante a la mano para relajarse y no emprenderla contra el primer gringo con que se topen cuando se le atraviese semejante espina en el guargüero. Toda vez que mis antepasados fueron aguerridos Indios Pijaos, considero oportuno efectuar un análisis socio-político sobre nuestra ascendencia indígena; los cuales, por obvia razón, mantengo en alta estima. El 28 de Agosto de 1981 recibí una licenciatura en Sociología otorgada por la Universidad de California, Berkeley, valiosa formación académica que me faculta para emitir una instruida perspectiva acerca del fenómeno social experimentado por los indígenas de América con el arribo del europeo. Para tal propósito viene al caso analizar la mal llamada conquista de nuestros indígenas desde su punto de vista histórico. No se requiere ser vidente para imaginarse la inmensurable tristeza que para ellos significó perder de sopetón y por la fuerza su territorio, cultura, costumbres y lenguaje. La historia demuestra como todos los pueblos subyugados han luchado ferozmente por su libertad, en todas sus expresiones, y los nuestros no tenían porque ser la excepción.Apartándonos de la enorme maluquera que sin duda les causó la llegada de una gente que se presentó como agresiva y pronto se reveló como codiciosa e ignorante de la tierra y además les pareció mal oliente y sencillamente feos, observemos que la forma de gobierno y el sistema social de los Caribá era, comparada a la democracia y el capitalismo importado por los europeos, abiertamente socialista. Desde Alaska hasta la Patagonia los pueblos indígenas se gobernaban por un Cabildo de Sabios quienes formulaban las decisiones que habían de señalar su destino y todas sus deliberaciones eran exclusivamente enfocadas hacia el bienestar de la colectividad. La votación se efectuaba con una simple muestra de manos y aun nuestros nativos comprenden que no existe razón sensata para que un voto sea emitido de forma secreta, ya que todo aquel que labora para el bien común no tiene nada que esconder, ni favores que dispensar o represalias que temer. Igualmente, los ciudadanos acudían a esta corporación de ilustrados para resolver sus problemas cotidianos, lo cual se hacía de manera pacífica y concertada. Nuestros antepasados disfrutaban de una calidad de vida superior a la que hoy se vive en la mayoría de las democracias en desarrollo debido a que su forma de gobierno y su sistema de economía le proporcionaba a un mayor porcentaje de la población las necesidades básicas de alimento, ropa, refugio y una ocupación digna que no dependía de lesionarse ellos mismos o a los demás para tener éxito. Cuando se computa el gigantesco incremento en la proporción de pobres que pasarán sus vidas enteras sin la más leve esperanza de obtener siquiera un mínimo nivel de prosperidad y a eso le sumamos el lacerante declive de la salud humana reflejado en el alarmante aumento de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, la obesidad y aflicciones coronarias a pesar del ascenso tecnológico, junto con la creciente miseria producto de una avaricia desbocada, es fácil deducir que nuestros antecesores vivían mejor antes que ahora. Súmele a lo anterior la degradación moral de una condición humana infectada por pornografía, prostitución, abuso infantil y drogadicción y recientemente avasallada por un caos ambiental que cada día se manifiesta con devastadores fenómenos meteorológicos que causan la destrucción del hábitat, lo cual desemboca en hambruna, desplazamiento humano masivo y el aniquilamiento de invaluables especies animales, entonces, en virtud a una indeclinable lógica, la sumatoria de estas espantosas condiciones nos lleva a deducir de manera concluyente que para nuestros ancestros la democracia y el capitalismo han sido un fenomenal fracaso en lo que concierne su bienestar individual y colectivo. En contraposición a las estructuras socio-políticas de antaño, la democracia no garantiza el liderazgo de los más capaces. Muy lo contrario, un somero escrutinio de las administraciones democráticamente elegidas en América en los últimos cien años revela como demasiados de estos gobiernos fueron ocupados por dirigentes incompetentes y/o deshonestos que le dieron un pésimo manejo a sus respectivas naciones lo cual les granjeó la malquerencia de sus conciudadanos al punto que algunos fueron asesinados y otros forzosamente desterrados al exilio. La historia de los Caribá no habla de grandes caciques como Jamundí, Tisquesusa y Tupac Amarú cayendo en desgracia con su pueblo, ni este ejecutando, encarcelando o expulsando a sus líderes. La revocatoria del mandato tampoco hacía parte del lenguaje político indígena, desde mucho antes de los tiempos Bíblicos los mandatarios indígenas fueron ciudadanos valientes y honorables que gobernaban por la duración de su vida natural. Basta contemplar el lúgubre horizonte socio-político para observar lo poco que la democracia ha hecho por el progreso moral, social y económico de los indígenas y lo mucho que ha contribuido al deterioro de su vida en general. Desde el advenimiento de la democracia el porcentaje de indígenas que existen en la inopia es mucho mayor que aquel del planeta pre-democrático. La democracia es un fallido sistema político impuesto de lejos, ni un solo pueblo indígena en el continente ahora llamado América consideró el gobierno por las mayorías como una configuración política viable. Los elegidos a participar en el Cabildo de Sabios lo eran por poseer una elevada cognición producto de una amplia experiencia que solo se obtiene con los años. Estos ancianos a su vez habían recibido un legado que les inculcaba obrar siempre a favor del bien común. Coincidencialmente, muchos gobiernos indígenas estuvieron de acuerdo que la tarea de tomar decisiones vitales para su bienestar y supervivencia no podría ser adecuadamente ejecutada por las masas que no se encontraban debidamente preparadas para ello. Nuestros ancestros nativos poseían una perspicacia intrínseca que les permitía reconocer las cualidades de un líder natural, el cual instalaban por la duración de su vida útil. Su sentido común inherente les decía que mientras más tiempo los dirigentes ocupaban su cargo, más aprenderían y por obligación gobernarían mejor. Por ende, con toda razón les parecía que cambiar de liderazgo en virtud de un capricho político era una tontería. La mujer indígena posee conocimientos biológicos muy superiores al de su contraparte europeo, lo cual le permite ejercer su sexualidad con mayor responsabilidad. Consecuentemente, nuestras antepasadas evitaban la sobre población y se abstenían de traer al mundo hijos no deseados. La estructura societaria pre-colombina no colocaba a sus habitantes en condiciones de inseguridad social donde se vieran obligados a realizar actos denigrantes o inmorales para cuidar adecuadamente de su progenie. Tampoco a nadie debe sorprender como los pueblos indígenas sometidos al desarraigo y exterminio hace tiempo condenaron la democracia y el capitalismo como una forma de vida perniciosa que corrompe la fibra moral y gradualmente destruye la madre tierra.Afortunadamente muchos indígenas están redescubriendo sus valores ancestrales y recuperando su fortaleza interior para reafirmarse y exigir el retorno a sus costumbres nativas. Transcurrió casi medio milenio para que los nativos del altiplano Boliviano pudieran ser dirigidos nuevamente por uno de los suyos e indiscutiblemente los ojos del mundo estarán observando el desempeño de Evo Morales. Sin embargo, los de Caribá saben que no tienen por que preocuparse, ya que sus hijos sobresalientes son mucho más ecuánimes, considerados, ambientalmente sintonizados e inteligentes que los de allende.