Saturday, May 20, 2006

Sayonara Soraya

El deseo más ferviente de Soraya fue que su deceso a causa de un penoso cáncer de seno no representara una derrota sino que sirviera para sensibilizar a las mujeres sobre esta grave y cada día más común enfermedad; una laudable pretensión que logró sobradamente a través de las sentidas palabras con que se despidió en su página web. Es doloroso que se requiera de la desaparición de una persona ilustre y querida como Soraya para llamar la atención hacia un aspecto tan fundamental del patrimonio humano como es la salud. En homenaje a esta talentosa y bella artista que sucumbió en la flor de su existencia, comparto conocimientos adquiridos durante 30 años que han de ser muy valiosos para quienes realmente buscan prevenir y curar el cáncer de seno. Digo esto en virtud que los medios de comunicación usualmente definen la detección precoz como prevención, la cual no constituye tal. Si la enfermedad es detectada aun en su etapa inicial esto simplemente confirma que la paciente ya está enferma e indiscutiblemente el cáncer no se previno. El mero hecho de realizarse un examen no implica prevención de ninguna índole, la única manera de efectivamente prevenir una patología fisiológica es no permitir que este ingrese al cuerpo, y esto no se puede realizar sin observar los preceptos biológicos que gobiernan al organismo humanoy un régimen alimentario adecuado. Aunque no se dio por aludido por el lamentable deceso de su paciente insigne, ni por obvias razones se refirió a su incapacidad de curarla, cuando al médico que trató a Soraya en Colombia se le pidió una recomendación para prevenir el cáncer de seno este reseñó en primer plano el ejercicio y la dieta. Es la dieta el factor más determinante en la prevención y curación de cualquier cáncer y, sea dicho, la inmensa mayoría de todas las enfermedades graves como la diabetes, leucemia, hipertensión, obesidad, afecciones cardíacas, etc. Es de suma importancia comprender que casi todas las enfermedades son producto de una mala dieta y debemos circunscribir como dieta todo aquello que ingresa a nuestro organismo aunque no sea de manera intencional ni con propósitos nutricionales. Me refiero particularmente a los mortíferos gases que emiten motores de combustión interna y demás tóxicos industriales que se encuentran en la atmósfera; los cuales, sin que lo queramos, se convierten en parte de nuestra dieta cotidiana y deterioran nuestra salud. Son poquísimos los Colombianos --y humanos en general-- que han tenido la oportunidad de familiarizarse con la estrecha relación entre dieta y salud. Infortunadamente la mayoría han aprendido a comer solo para satisfacer el paladar y no todo el cuerpo. Lo primero que debemos saber para alimentarnos de tal forma que no nos hemos de enfermar es que el cuerpo humano es regido por unas parámetros biológicos que se han de observar de manera irrestricta, de lo contrario nuestro organismo se debilita y pierde su inmunidad natural contra las enfermedades. Nuestra composición dental indica de modo inequívoco la proporción en que hemos de ingerir nuestros alimentos en cada etapa de la vida. Los adultos poseen 32 dientes que tienen una función determinada. Tenemos 8 incisivos para rasgar frutas y verduras, 4 caninos diseñados para desgarrar carne y los demás son molares y premolares destinados a moler granos y cereales integrales. Entonces, una sencilla operación matemática arroja los porcentajes de los tipos de alimentos que debemos consumir: 25% frutas y verduras (preferiblemente orgánicos), 12.5% carne (ojalá blanca) y el resto en granos y cereales (siempre integrales). Otro factor igual de importante es la calidad de los alimentos, para adquirir y mantener una buena salud se debe consumir alimentos integrales que contengan los nutrientes necesarios para fortalecer el cuerpo y prevenir que las enfermedades ingresen. Integral significa que el alimento se encuentra entero, que no ha sido degradado por algún proceso industrial y aun contiene todos sus nutrientes intactos. Desgraciadamente pocos se preocupan por la procedencia de sus alimentos, no se interesan por saber como ni donde fueron cultivados o elaborados y el afán de producir ganancias al plazo más corto ha hecho que la industria alimenticia desconozca la ventaja nutricional y biológica de consumir alimentos integrales. La gran mayoría de las personas consumen arroz blanco y harina blanca, lo que quizás desconocen es que para blanquearlos hay que someter los granos integrales a un proceso de refinamiento en un molino mediante el cual se les quita el germen y el salvado. Resulta que hasta el 85% del valor nutritivo se encuentra precisamente en el salvado y el germen removidos por este procedimiento industrial superfluo y cuyo único objetivo es hacerlos más agradables a la vista. Ahí se eliminan los elementos de mayor contenido nutricional y se pierde la fibra; quedando solo el almidón, la parte que menos nutre y más engorda. Al no consumir la sustancia fibrosa que asiste en la pronta evacuación del intestino, el engrudo producido por el almidón se estanca en el intestino donde se pudre, provocando obesidad y convirtiéndose en foco de cultivo de todo tipo de enfermedades letales. Aquellos que consumen alimentos integrales gozan de una más fortaleza física que les proporciona mejor salud, lo cual les otorga mayor claridad mental y esto conduce a una superior calidad de vida. Los niños alimentados con arroz y pan integral se enferman menos, se vuelven más listos, aprenden más rápido y en general son más felices. Vale resaltar que para expulsar cualquier patología del torrente sanguíneo de la forma más expedita los pacientes deberán de abstenerse de consumir alimentos procesados y empaquetados o congelados que contengan cualquier tipo de colorante, preservante o sabor artificial. El cuerpo humano no puede asimilar o eliminar estos químicos y cuando se nos quedan adentro la defensa natural del organismo es acumularlos en alguna parte y estas aglomeraciones se convierten en tumores; los cuales son un problema mayúsculo para eliminar.Tan importante como saber con que alimentarse y en que proporción debemos hacerlo para no enfermarnos es saber como comer. Aunque parezca inverosímil, pocos reconocen la importancia de la masticación. Fíjese y verá como muchos pasan cada bocado luego de apenas 5 masticadas en promedio; lo que coloquialmente se describe como tragar entero, algo que todos sabemos no conviene. La digestión se inicia en la boca cuando los dientes trituran los alimentos y estos se mezclan con las enzimas segregadas por las glándulas salivares. Mientras más digerido llega el bolo alimenticio al estómago más fácilmente asimilamos los nutrientes, cuando comemos a la carrera, para simplemente digerir los alimentos que tragamos enteros, el cuerpo tiene que expender inútilmente energías vitales que normalmente serían destinadas a sostener el sistema inmune. Es por eso que para mantenernos saludables se debe masticar cada bocado un mínimo de 30 veces, 50 veces para aquellos que por descuido o desconocimiento han adquirido alguna enfermedad, como cáncer del seno. Si tenemos en cuenta que la causa primordial de muchísimas enfermedades es una mala alimentación, entonces es de lógica que estas se pueden revertir consumiendo una buena alimentación integral y siguiendo puntualmente las anteriores observaciones. Si desde el momento en que se le diagnosticó cáncer de seno Soraya hubiera consumido una estricta dieta integral seguramente la calidad de vida de nuestra célebre cantante hubiera mejorado de forma ostensible y posiblemente se hubiera sanado. Meredith McCarty es la persona quien hace 3 décadas me enseñó los preceptos aquí condensados y hoy día es conocida como una de las personas más destacadas en la prevención y curación de cáncer de seno a través de la dieta macrobiótica. Tan es así que fue invitada a la Casa Blanca por Hillary Rodham Clinton para transmitir a la entonces Primer Dama de los Estados Unidos sus elevados conocimientos culinarios. Tuve el privilegio de traducir al Español para la Sra. McCarty él más completo tratado terapéutico que haya conocido sobre la prevención y curación de cáncer de seno, el cual se puede obtener en la Internet por US $30, una cifra realmente simbólica considerando la valiosísima información contenida en este extraordinario documento. Imagínense el sufrimiento y dinero que hubiera ahorrado nuestra amada Soraya si como a la señora de Bill Clinton alguien la hubiera guiado hacia tales conocimientos; no tengo la menor duda que una mujer de tan profunda sensibilidad se hubiera acogido con gran alegría a esta maravillosa disciplina, una opción de vida que bien la habría podido salvar. Es normal que las personas desconozcan los poderes curativos de los alimentos, pero además de ser la terapia más antigua del mundo, las estadísticas la avalan ampliamente. No es más que se tomen la molestia de averiguar el porcentaje de curaciones obtenidas a través de la macrobiótica en comparación a la quimioterapia para enterarse de la enorme efectividad de la primera versus la absoluta inoperancia de la segunda. Con la macrobiótica el paciente no tiene que comprar un solo medicamento ni requiere de gasto adicional al de los mismos alimentos, ni siquiera tendría que pagar una consulta médica, mucho menos realizarse una cirugía altamente invasiva, sicológicamente humillante, supremamente dolorosa y completamente innecesaria como lo es una mastectomía radical. La gran mayoría de los practicantes de medicina convencional, como es el caso de los cancerólogos que atendieron a Soraya, acuden a la quimioterapia, un costoso fármaco supremamente tóxico que muy rara vez cura al paciente y además produce unas secuelas espantosas. Vale reseñar como una encuesta realizada hace un par de años en Inglaterra reveló que el 75% de las prescripciones médicas no surten efecto alguno sobre la condición de los pacientes ni contribuyeron a su curación. Otra investigación científica indica como los rayos empleados para efectuar la mamografía son un agente cancerígeno. Atribución biológica sustentada por el hecho que la esposa de uno de los radiólogos más prestantes de Cali se encuentra en gravísimo estado de salud por consecuencia de un cáncer de seno. Sobra decir lo poco recomendable acudir a un médico incapaz de sanar a su propio cónyuge. Aprovecho esta triste oportunidad para extenderle un merecido jalón de orejas a los miembros de la medicina convencional que insisten en realizar costosísimos y traumáticos exámenes a sus pacientes con cáncer simplemente para confirmar que están enfermos y luego someterlos a las inclemencias de la quimioterapia. Pues son estos indolentes miembros de la profesión médica quienes mejor conocen del fracaso de esta injuriosa terapia para erradicar carcinomas del cuerpo y cuando no les funciona simplemente desahucian al paciente y le envían a morir en casa. Aquellos que desatendieron a Soraya no tienen más remedio que admitir su flagrante incompetencia y debieran disculparse ante la familia por su torpeza terapéutica. Es una verdadera catástrofe para la salud humana como aquellos considerados especialistas (en particular oncólogos, radiólogos, hepatólogos, cancerólogos y nutricionistas) desconozcan las bondades curativas de los alimentos. Considero un atropello inadmisible el terrible sufrimiento al que Unicáncer somete a los pacientes bajo su cuidado -en particular los niños- y debido al bajo nivel de éxito y alto grado de sufrimiento y mortandad que arroja la quimioterapia esta negligente organización está en mora de ofrecer la dieta macrobiótica como terapia alternativa y/o complementaria. Con el mayor respeto, difiero perentoriamente con la hermana de Soraya quien ante las cámaras de la televisión mundial tuvo el desatino de aseverar que el cáncer de seno es una aflicción incurable. La insto a que se comunique con Meredith McCarty al teléfono 415-381-1735 para ampliar sus horizontes al respecto, sobre todo porque presenta un preocupante estado de obesidad y obviamente posee un historial familiar que la hacen muy susceptible al cáncer de seno. Seguramente las mujeres de mi barrio dejarán de envidiar a la vecina más pudiente y gorda cuando se adviertan que su obesidad y sedentarismo también la convierten en candidata número uno para adquirir cualquier tipo de cáncer. Lo cierto es que la pobre dama, como todos los obesos, no disfruta de una calidad de vida agradable y ha de padecer una vejez muy, pero muy difícil.La fama y fortuna no garantizan salud, esta hay que buscarla, encontrarla y saber cultivarla, es así como invito a todos las recipientes de esta misiva a que asuman la responsabilidad de administrar su propia vida a través de una dieta realmente sana, su cuerpo -y eventualmente su familia- se lo han de agradecer profundamente. Asimismo, recomiendo toda persona que padezca cáncer no espere que su médico le desahucie y se acoja a la dieta macrobiótica de carácter urgente. Sugiero que las mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de seno se familiaricen lo más pronto posible con el tratado terapéutico de Meredith McCarty, toda vez que ella explica sus causas en un lenguaje sencillo y de manera detallada indica la mejor forma de combatirlo y posiblemente curarse. A fin de cuentas, no se ha visto que un cáncer pueda ser curado sin antes eliminar sus causas, que generalmente son de perfil dietético.A vuelta de correo electrónico enviaré a las personas que lo soliciten la Introducción a la Macrobiótica, un compendio que le iniciará en un nuevo camino hacia la salud, junto con las indicaciones de cómo adquirir la versión en Español de la Prevención y Curación de Cáncer de Seno.

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